lunes, enero 23, 2006

Ciclos

Simetría baixo ce(r)o Kaukisella



Mis sentimientos y mi razón son dos flechas en una veleta que se mueve al antojo de los vientos que levantan las palabras de tu boca.
Sopla. Dime “siempre” y nunca lo cumplas.
No quiero seguir cumpliendo años con tu nombre intacto y grabado en profundidad por el más suave de tus besos.
Maldita simetría. Maldita igualdad de géneros: no quiero porque debo, debo porque ¿quiero? No, no lamentaré con efecto retardado el tacto de fuego de cada caricia anodina. Despegaré tu esencia de la mía, partiré esta hoja en dos, talaré aquel árbol, desharé este nudo, cegaré uno de mis ojos para no verte más (el que me queda lo cerraré para seguir soñándote).
Lo sé. Si quiero correr necesito dos piernas.
Si quiero besarte, necesito dos labios.
Si quiero huir, necesito saber de qué y a qué.
Es el eterno planteamiento, un concepto formado por dos. Ya no entiendo mi tiempo: cuando los números explican las palabras… Tengo que neutralizarte para que no me hagas daño.

Negarte para admitirte
1=1+(-1).

Si te acepto, me destruirás
1=1+(-1)
0.

Tan simple y tan complejo.
Tú (y) yo = ¿cómo sumar dos en Nosotros?
No vuelvas.
Si no vas a quedarte.

1 Comments:

At 7:50 p. m., Anonymous Anónimo said...

Prefiero no decirte nunca "siempre" y cumplirlo.
Niega la evidencia. El corazón seguirá latiendo. (¿Forma eso parte del romanticismo? Lo siento, pura ciencia. Como todo.)

 

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