PERFECCIÓN

La perfección es tan sólo un concepto que camina por nuestra mente cogido de la mano de otras pinturas abstractas como son la verdad o el amor. No existe una sola idea de lo que es PERFECTO. Una puesta de sol en la playa junto a una persona con la que me siento espiritualmente unida puede ser considerado perfecto, la cartera llena tras un mes de trabajo también. Son dos mundos distintos, alma y cuerpo, el eterno dilema filosófico. ¿Qué pesan más, 51 kilos de ilusiones o 51 kilos de persona? La mente matemática -objetiva, racional-, me dirá que son lo mismo; la mente pasional -relativa, subjetiva- se cegará ante lo pragmático abriendo los ojos a lo ilusorio. El termino medio es tierra de nadie.
No podemos medirlo, -como el amor o la verdad-; hay diversas opiniones, viajamos desde el puerto del escéptico hasta el místico, cruzando corrientes que nos tiran hacia una orilla y escalando olas llenas de "verdad".
A pesar de que se escape a nuestras mediciones y nuestro pragmatismo humano, sí sabemos, paradójicamente, lo que es todo lo contrario a la perfección, y aún así nos reconforta "mejorar" cada día, buscando por donde cada uno cree que está el libro correcto con la acepción correcta, perfecta.
Sí, somos entonces "imperfectos" (me resulta bastante extraño poder establecer el antónimo de un término que desconocemos), pero por la búsqueda de esa mejora de la que antes hablé nos rodeamos de perfección; y sin embargo, no por ello podemos captar su esencia. Somos niños que juegan a encerrar aire en un tarro de cristal... ¿Hermoso o triste?