Afasia vacía.-

Silencio.
El poder de nada.
Espacios abiertos.
Puntos suspensivos que contestan preguntas sin palabras.
Dicho de una manera más simple: muñecos articulados sin cuerda. Necesitan de alguien que les haga cumplir con el deber para el que fueron diseñados. Resulta paradójico que una figura de plástico sepa mejor que yo lo que debe hacer, porque yo la he creado, yo la manejo, yo la impulso. Yo no sé que hacer con mi yo. Soy un camino, un camino que se divide en senderos. El final del trayecto es la felicidad. No sé cómo es, no sé si estoy preparada para disfrutarla tal y como los demás la piensan, como me han enseñado que es; pero la siento... Una serpiente deslizándose sinuosamente por la yema de mis dedos cuando escribo. Si es que soy tan frágil... Soy la mujer gélida de cristal, puedo quebrarme con suspiros y derretirme con palabras. Formada por una carcasa de hielo transparente intento no morderme la lengua cuando hablo de amor. Lo rompo, rompo el hielo de mi lengua, y escupo palabras quebradas que se ahogan desesperadas en tu vaso, congelando momentos de amor y ternura entre tú y yo. Por esta vez déjame beber la cicuta de tu cuerpo, asumo el riesgo, soy consciente del dolor y del placer que luchan dentro de ti. No reprimas los latigazos, soy culpable y debo ser castigada por ello, aunque mi castigo sea a la vez mi ilusión. Tranquila, no me lo recuerdes, eres inalcanzable hasta en mis pensamientos y sueños.
Silencio.
Quiero contenerte en el silencio para no poder oírte decir esa palabra afilada...
...Nada.