viernes, septiembre 03, 2004

Sorpréndeme

Sorpréndeme. Esta noche llévame a un restaurante minimalista con rosa tras la barra y vela sobre la mesa.
Sorpréndeme. Dime que no eres ni serás perfecto, que detestas mi visión rosa de este mundo negro, mis virtuosos y gimnásticos cambios de humor.
Sorpréndeme, sorpréndeme. ¡Sorpréndeme, vida!
Entremeses: canapés de palabras dulces rellenos de agrios noteolvidos cárnicos.
Un vino suave y trabajado se confunde con mi cuerpo y tu corazón. Surge la duda: ¿un segundo o un para siempre?, ¿al baño de dos en dos o te abro la puerta caballerosamente para dejarte pasar primero, como una buena mujer?, ¿vestido blanco de novia, vaqueros y camisa de cuadros, minifalda y corbata?.
Demasiado ebria de preguntas y demasiado sobria de respuestas. Camarero, otra copa de ese buen vino de revelaciones. Quiero comulgar, pero antes debo ver a mi cura en el confesionario. La gente me señala cuando camino hacia él –conocen mis pecados-, pero cuando me vuelvo al tumulto tan solo percibo a tres devotas ensimismadas en sus rezos. Nadie os va a dar las respuestas, y todos os formularán las preguntas. Cada uno tiene su filosofía a pesar de haber estado empapados del mismo Platón, del mismo Kant y del mismo punto de salida.
Unos cuantos llegarán a meta –tal y como se espera que sea-, y otros –desdichados para los primeros- sentirán el gozo de perderse por el camino y no terminar por el final. A éstos últimos llámalos como desees, yo recordaré que ante palabras necias, oídos sordos. Encenderé mi caja de vergüenzas ajenas, y viendo las mismas penosidades, extraeré mis propias conclusiones, consumidas en trozos difíciles pero no imposibles para mi selectiva dentadura, que a pesar de soportar el paso de los años como desventaja, sigue, fiel y firme, rechazando la papilla regurgitada por algún chef neoconservador camuflado de proletario cocinero.
Todo es lenguaje. Palabras, letras, vocales y consonantes. Se casan, componen poemas embelesadores, y son pareja de hecho en vulgarismos y cacofonías. Aquí todo se coteja con algo, como habrás podido comprobar. Por criticar –constructivamente, no asediadoramente-, me critico hasta a mí: esa facilidad para ver el fallo y esa poca habilidad para repararlo. Claro, siempre he sido de letras.
Fíjate, en esta sopa de letras también se juntan en mesa redonda miembros del abecedario de la Real Academia de la Lengua Española, y no sacan nada en limpio. No será la primera ni la última comitiva de políticos en la que suceda esto. Vaya, con esta sopita caliente me ha entrado sueño de esperanzas. Déjame creer y ser sorprendida mientras duermo.
Sorpréndeme, sorpréndeme.
La mañana se despierta somnolienta a pesar de no haber trabajado de noche, y se levanta antes que tú de mi cama. Las nubes cubren mi habitación, la mañana está celosa porque sólo tu luz logrará captar la atención de cada ser dotado de vida, y sus grises jirones de vapor ojerosos no alimentan mis ojos. Aún no he desayunado, estoy esperándote para poder fotosintetizar. Podría morir de hambre sin ti, sí también es cierto que he pasado ratos a la sombra, lo cual explicaría mi delgadez. HE vivido y me he alimentado bajo luces artificiales, y el buen sustento que me proporcionas llega a deslumbrarme, y no debo acostumbrarme a tan buena vida cuando la noche y la mañana nubosa nos distancian, aunque cuando esto ocurre me transformo en panel solar y absorbo el olor de tu luminosa piel, logrando así mantener tu recuerdo ante las adversidades socio-climatológicas. En mi mente te mantengo recluida, luz, y aunque lo intentes, nunca podrás controlarme, y por lo tanto, al estar encerrada en cada una de mis sinapsis, tampoco podrás controlarte a ti. En mis pensamientos y en mis escritos pretendo recrearte, pero el idioma se me queda corto y no llega a ser el marco perfecto en que encuadrarte a ti, obra de arte. Tienes pinceladas de cariz casi divino, presentas un código de colores hermoso e intrigante que seducen incluso al que tan sólo echa un vistazo al conjunto. No, definitivamente ninguna lengua ha evolucionado lo suficiente para elogiarte: la palabra, que tan útil me ha sido para conocer cada detalle del cuadro ha mutado en un marco pobre y apolillado. Pero recordemos que lo que vende es la obra, y lo que porta la belleza es la obra, eres tú. Puedo permitirme comprarlo, pero temo que el placer de contemplarlo se extinga con el paso del tiempo, y que pases a convertirte en otra de las decorosas obras que tapan el vacío de mi habitación. No deseo que así suceda contigo. La monotonía, capaz de mutar lo bello e inusitado en vulgar y tedioso, me obliga a buscar nuevas formas de conservar la ilusión. Puedo guardarte intacta en un plástico transparente, conociendo de esta manera lo más hermoso y embriagador, evitando profundizar en las taras, que en un principio harán del conjunto un ser original y humano; pero en seguida los años me obligarán a buscar otra obra que altere de nuevo mis sentidos. Puedo volverme conformista y cesar en mi búsqueda de lo perfecto, callarme este puñado de mentiras proyectadas hacia el exterior y sentarme a ver cómo transcurre la película de mi vida en la que yo soy espectador.
En toda relación siempre existe alguien que besa y otro que pone la mejilla. Tú no te cansas de besar y yo quiero una vida sin sobresaltos, porque una pareja es para hacer la vida más fácil, no más complicada.
Innovación pero pausa, frescura, luz, agua, fuego, noche, aspereza, suavidad, fuerte y débil. Complejo es el poema vanguardista de la odisea humana, en el que quiero que seas el último y mejor verso.
Llueve. En mi habitación, en mi corazón. Afuera luce un sol radiante, falto de empatía. Húmeda de tristezas y remordimientos por lo no hecho me estremezco. He rozado el fuego de tus labios y un gélido sentimiento recorre mi contradictoria y contrapuesta condición humana. Más es menos. Resulta que la ciencia no es tan fría y entiende de pasiones. Aún así precisamos más plumas desenvainadas, para huír, para enfrentarnos a las situaciones, para llorar, reír; sentirnos humanos, en definitiva. No seamos insensibles, o dejaremos de poseer la peculiaridad divina sobre el resto de los animales.
Siente el sentimiento y piensa el pensamiento, predicó San Agustín.
No se trata de un intento de reposición del Romanticismo, pero... hay tantas cosas bellas que admirar...
Me encuentro viajando a otra ciudad. Mi vida como un viaje. Movimiento, en el tren y en mi cabeza. ¿Qué ocurre si éste es el último coletazo de mi vida? Cada vez que hago las maletas y salgo de mi habitación, ¿me aseguro bien de dejar la puerta cerrada?, ¿ya he descubierto todo lo que este lugar puede darme? Siempre queda algo en el camino, y es imposible abarcarlo todo. La belleza, los momentos agradables y las alegrías son como el aire que respiramos: no puedes agarrarlo y encerrarlo en un cofre, pero cada segundo estás robando un pedacito de él. Ojalá todos los hurtos fuesen de esta índole, y ojalá todos los viajes fuesen tan gratificantes:
H. 22:49. TEX. 15º
COCHE. 017. DESTINO. MUERTE.
PRÓXIMA PARADA. VIDA.
FELICIDAD. FIN DEL TRAYECTO.
¿Hacia dónde he viajado? A un lugar en el que pude ser libre. Es curioso el sentimiento de armonía que experimento en otra ciudad. Nadie te conoce. Nadie sabe nada de ti. Cero y cero. Nadie y nada. Por eso adoro Venecia.
Puedo confundirme con lugareños, a pesar de llevar mi maleta cargada de... libros. Algunos escritos por mí, el resto, por gente presumiblemente famosa. En el coche en el que viajo me acompaña un ávido matrimonio lector con sus hijos jóvenes, ya entrados en el gusto por tan personal e instructivo placer (todo lo que ahora te pueda contar me lo han dado los libros, amigos generosos, siempre tienen algo que ofrecerme). En cierto modo la lectura se asemeja a los pensamientos: una puede tenerlos en cualquier parte, nadie sabe exactamente qué tienes entre manos y ambos pueden ser mojados con la esencia del yo.
Hmmm... y otro detalle más: en cada viaje los llevo conmigo, y a la vuelta, la maleta pesa más que a la ida. El saber sí ocupa lugar, tiene consistencia y pesa lo suficiente como para aplastar a los ignorantes.
La igualdad, la democracia y las oportunidades para la política; para tu corazón, selecciona, descarta, analiza, desmenuza y quédate con lo que te aporte lo que buscas. No todo el mundo es merecedor de un pase V.I.P. a tu vida. ¿Por qué sufrir por quien no merece la pena? De hecho, ¿por qué sufrir?
Cada segundo de existencia tenemos un motivo para ser felices. La razón la eliges tú: un hobby, un talento, una persona, la vida misma...
Aún quedan estilos, culturas, fórmulas químicas, canciones, poemas, teoremas, libros, olores, texturas, sabores y experiencias de las que probar, investigar, descubrir, enamorarse, admirar. Existen y existirán.
Seguimos desconociendo cómo surge, se desarrolla y se mantiene la magia del amor. Despiertan nuestra curiosidad acontecimientos y sorpresas. Nos siguen sorprendiendo.
Sorpréndeme. Me sorprendo.
La vida es una caja sorpresa. Yo me entretengo desanudando la moña y despegando lentamente el papel de regalo. Mantengo la ilusión por saber qué habrá dentro.
Tu eres mi propia caja sorpresa dentro de esta otra que es la vida. Al abrirte cada día descubro una nueva persona, una infinita consecución de muñecas rusas; la siguiente más pequeña que la primera, sí, pero igualmente valiosa por encontrarse dentro de la peculiar y sorprendente caja sorpresa que yo he seleccionado en mi vida –tal vez un poco a tientas en un primer momento-.
Todo me sorprende. Vivir es sorprenderse: ante el amor, antes un beso, ante una pareja, ante la amistad, ante la familia, ante la vida misma.
Hoy también me sorprendo. Hoy, igual que ayer, estoy viajando en el espacio, e increíblemente, ese viaje se produce también en el tiempo. Tiempo. Tiempo r espacio son relativos entre sí. Son dos conceptos conocidos por todos, pero con distinto significado para cada uno. Tu idea y la mía de ambos se aúna tal y como lo hacen parejas, familias e incluso amigos. Nuestro tiempo se ha convertido en una cuenta atrás hacia el infinito. Nuestro espacio es cualquier lugar en el que nos encontremos. Somos esclavos del corazón, no de la razón. Sin razón te entregué mi corazón cuando empezaste a hablar. Esta vez por la boca no ha muerto el pez. Esta boca de la que más tarde me intenté adueñar fue la que me hizo soltarte de nuevo al mar. Un animal tan hermoso no puede ser encerrado en una pecera con forma de corazón, así que decidí hacer el trueque, y recibí nada a cambio.

4 Comments:

At 2:03 a. m., Anonymous Anónimo said...

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At 5:59 p. m., Blogger M. said...

Este texto y la primavera son de esas cosas que alegran la vida a alguien.

 
At 1:42 p. m., Anonymous Anónimo said...

Tanto como alegrar... este texto,(enfocándolo sólo en el tema del amor desde mi punto de vista,que puede ser equivocado)da la sensación de que llegas a un punto de tu vida en el que si has tenido un desamor, ya estás valorando las opciones de dejar de sufrir,(espero) por alguien que no te merece.
Cuantas veces se ha dicho: "es que no te merece" "no era suficiente" "no sabe lo que se pierde".
Y tu en cambio... piensas:
"¿y no será alrevés?".
Pero cuando vas avanzando, porque para que parar el tiempo si es imposible...no puedes quedarte ahí, quieta, sentada, lamentándote...
Levántate, camina, disfruta de la compañía de la amistad y de la familia porque ese amor que te van a dar, va a ser el único que por el momento te mantenga viva.
Cuando ya pasa el tiempo y ves que todo lo cura... (a veces, no) ya estás lista/o para disfrutar nuevamente de las sorpresas que habrá en 24 horas,365(66) días al año, incluso en los sueños (aunque ya se sabe que de los sueños no se vive... pero si son agradables como se disfrutan...).
Será entonces cuando se responda a ¿Cuándo surge el amor?
- Cuando menos te lo esperes.

PD. he de dejar de divagar tanto... siento aburrir...

^MussA^

 
At 4:39 a. m., Blogger iviiam said...

A unas horas intempestivas he decidido, justo antes de irme a dormir, preguntarle a Google: Sorpréndeme.
Y, realmente, ese botón llamado "voy a tener suerte" que te conduce hasta la primera entrada de la frase buscada, ha realizado correctamente su función.
Un texto hermoso a la par que intenso y concentrado. Una síntesis vital con la que, curiosamente me ha sorprendido el inimaginable azar de la red de redes. Felicidades!

I.

 

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